En el sector turístico, hay una realidad que todos conocemos: la temporada baja es un reto. Muchas ciudades ven caer sus cifras de visitantes en ciertos meses del año, afectando a hoteles, restaurantes y comercios. Pero hay un factor clave que puede cambiar este panorama: la agenda cultural y deportiva.

Una agenda cultural rica y variada es clave para atraer visitantes durante todo el año. Eventos deportivos y musicales no solo dinamizan la economía local, sino que también posicionan a las ciudades como destinos vibrantes y llenos de vida. Por ejemplo, en 2023, Madrid experimentó un impacto económico de 380 millones de euros gracias a eventos como los conciertos de Taylor Swift y Bruce Springsteen, el festival Mad Cool, el Open de Golf y el Mutua Madrid Open. Durante la semana de celebración de estos eventos, el gasto total nacional y extranjero aumentó respecto a 2023, siendo el mayor incremento durante el Mad Cool, con un 18% más.

Madrid como ejemplo: eventos que disparan el turismo

Un reciente estudio de Mastercard para el área de Turismo del Ayuntamiento de Madrid lo deja claro: los grandes eventos deportivos y musicales generan un fuerte impacto en la economía local. En 2023, conciertos como los de Taylor Swift y Bruce Springsteen, el festival Mad Cool y torneos como el Mutua Madrid Open o el Open de Golf impulsaron el gasto turístico en la capital.

Durante la semana de estos eventos, el gasto con tarjeta aumentó notablemente respecto al año anterior, destacando el festival Mad Cool, que registró un 18% más de gasto que en 2022. Este tipo de actividades no solo llenan hoteles, sino que también dinamizan la hostelería y el comercio.

No solo Madrid se beneficia de estos eventos. El Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich generó 13,6 millones de euros en gasto turístico, cinco veces más que el coste de su organización. Este impacto se debe en gran parte al gran número de participantes y acompañantes provenientes de fuera de Valencia, que representan el 54,3% del total.

Lo que estos casos demuestran es que el turismo ya no depende únicamente de la oferta monumental o el clima. Cada vez más viajeros buscan experiencias: asistir a un concierto, correr una maratón o ver una competición de tenis se ha convertido en el motivo principal del viaje.

Por otro lado, el Rockin’Race Jamboree en Torremolinos, un festival de música de los años 50 y 60, atrajo a 40.000 personas de todo el mundo, generando un impacto económico de 12,8 millones de euros. Este evento no solo revitaliza la economía local en temporada baja, sino que también posiciona a la ciudad en el mapa internacional.

¿Qué pueden hacer los hoteles para aprovecharlo?

Si eres propietario de un hotel, la clave está en no ser solo un espectador de estos eventos, sino en integrarte en ellos. Aquí algunas acciones que pueden marcar la diferencia:

1. Ofertas y packs temáticos

Cuando hay un evento importante en la ciudad, ¿por qué no crear una experiencia completa? Un hotel puede lanzar paquetes especiales para asistentes a conciertos o competiciones deportivas, incluyendo:

  • Descuentos para huéspedes con entrada al evento.
  • Servicios adicionales como traslados o desayuno tardío para quienes trasnochan.
  • Regalos temáticos (una pulsera VIP, una camiseta del evento).

2. Espacios para la comunidad

No todo el público que se interesa por un evento puede permitirse una entrada. ¿Y si el hotel se convierte en un punto de encuentro para fans? Un buen ejemplo es organizar:

  • Viewing parties en la terraza o el lobby para partidos o conciertos.
  • Charlas o encuentros con artistas y deportistas locales.
  • Sesiones de entrenamiento para participantes de maratones o torneos.

3. Eventos propios que sumen a la oferta local

No siempre hay que depender de los grandes eventos para atraer turismo. Algunos hoteles ya están generando su propia oferta cultural, como el Hotel Bossh Alicia en Albacete, que organiza conciertos en vivo, espectáculos de mentalismo, monólogos y cenas temáticas.

Este tipo de iniciativas cumplen una doble función:

  • Atraen nuevos huéspedes que buscan experiencias diferentes.
  • Dan vida a la ciudad incluso en épocas de menor afluencia turística.

Un hotel con una programación cultural activa deja de ser solo un lugar para dormir y se convierte en un centro de ocio que moviliza a locales y visitantes.

El papel de ayuntamientos y asociaciones: apostar por eventos todo el año

Para que esta estrategia funcione, es clave que las administraciones y asociaciones empresariales apuesten por una programación cultural que no se concentre solo en verano o en fechas clave. Algunas acciones que pueden marcar la diferencia incluyen:

  • Apoyar a promotores privados para organizar más eventos fuera de temporada alta.
  • Facilitar permisos y reducir tasas para conciertos, festivales o torneos deportivos.
  • Crear campañas conjuntas entre hoteles, restaurantes y organizadores de eventos para generar una oferta atractiva.

Un buen ejemplo de esta estrategia lo vemos en Málaga, donde eventos como el Festival de Cine, la Semana Santa y la Copa Davis han permitido que la ciudad tenga una afluencia turística estable durante todo el año.

Sin cultura y deporte, no hay turismo sostenible

La agenda cultural es un activo tan importante como el patrimonio o el clima. Las ciudades que entienden esto y trabajan en una programación estable logran romper con la estacionalidad, generar empleo y fortalecer su economía.

Los hoteles, por su parte, tienen la oportunidad de jugar un papel activo en este modelo. Ya no basta con ofrecer habitaciones: hay que crear experiencias, facilitar el acceso a los eventos y, en muchos casos, ser también organizadores de actividades propias.

Si queremos ciudades vivas y hoteles con ocupación estable, el camino está claro: música, deporte y una agenda que invite a viajar cualquier mes del año.